El pensamiento es estudiado por las más diversas esferas del conocimiento científico, con la
particularidad de que cada ciencia lo estudia desde un ángulo determinado: la fisiología de la actividad
nerviosa investiga el sustrato nervioso del pensamiento; la psicología, el proceso de pensar en el hombre
y su vínculo con otras propiedades psicológicas; la lingüística analiza el pensamiento en relación con el
estudio de sus formas de expresión en la lengua. Aunque no toda la ciencia tiene por objeto inmediato
el estudio del pensamiento, cada una de ellas, sin embargo, se enfrenta al estudio del pensamiento, con
el estudio de las leyes de su evolución, al tomar conciencia de sus resultados.
Las matemáticas analizan el proceso del pensamiento matemático, plantean el problema de
la estructura y las peculiaridades de las demostraciones aritméticas: la física no puede mantenerse al
margen del pensamiento físico, de la estructura y el desarrollo de las hipótesis y las teorías físicas. En
mayor o menor grado esto se refiere a todas las demás ciencias que no pueden dejar de ocuparse, en
una u otra medida, de estudiar el pensamiento.
La madurez de una ciencia se determina, en particular, por el grado en que conoce sus resultados
y el método que emplea para conseguir y demostrar la verdad. En este sentido toda ciencia, además
de su objeto, trata de autoconocerse, condición indispensable para una aprehensión más profunda y
fructífera de las leyes que estudia. Y como la ciencia incluye también el autoconocimiento, no como fin,
sino como medio de obtener conocimientos objetivos y verídicos acerca de su objetivo, está vinculada
al estudio del pensamiento.
Sin embargo, entre todas las ciencias que estudian el pensamiento, ocupa un lugar especial
la filosofía, precisamente la filosofía científica moderna: el materialismo dialectico. Este enfoca el
pensamiento de un modo sustancialmente distinta de cómo lo hacen las demás ciencias. La dialéctica
estudia el pensamiento desde el ángulo de su relación en el mundo objetivo, estudia las leyes de su
movimiento hacia la verdad objetiva.
Las ramas especiales del conocimiento científico exploran un aspecto aislado del pensamiento,
una ley particular de su desarrollo, las peculiaridades de ciertos tipos y formas de pensamiento, de
algunas etapas de evolución; tratan de aprender en el pensamiento algunas facetas y leyes del mundo
objetivo.
El materialismo dialectico estudia la naturaleza del pensamiento como tal, su relación con
el mundo objetivo que le ha dado vida, las diferencias entre el pensamiento y otros fenómenos de la
realidad y las leyes generales que determinan su desarrollo.
Ninguna sola rama especial del conocimiento científico, por mucho que profundice en el estudio
del pensamiento puede resolver el problema de la naturaleza del pensamiento como fenómeno social,
determinar todos los aspectos de su relación con la materia, poner al descubierto las leyes generales de
su movimiento y de sus formas en el proceso de obtención del conocimiento verdadero.
La teoría del pensamiento, creada por la lógica dialéctica, no puede ser suplantada ni por
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los datos que obtiene sobre el pensamiento, ramas especiales del conocimiento científico, ni por el
conjunto de todos ellos. La dialéctica al estudiar al pensamiento, no pretende obtener la compilación
de datos sobre el mismo, sino elaborar su propia teoría, sus propios conceptos, acerca de este fenómeno,
que reflejan precisamente aquello que constituye en el pensamiento el objeto de la filosofía. La lógica
dialéctica posee sus propias nociones acerca del pensamiento, nociones que expresan su esencia
gnoseológica. No se pueden sustituir en ningún caso los conceptos filosóficos sobre el pensamiento por
conceptos fisiológicos, psicológicos, lingüísticos y otros.
La misión de la lógica dialéctica no es la de recopilar datos de otras ciencias, sino elaborados
y utilizarlos en la solución de sus propios problemas, con el fin de crear su propia teoría y sus propios
conceptos. Además de los conceptos que la filosofía ha elaborado sobre la naturaleza del pensamiento
y las leyes más generales de su desarrollo sirven de métodos para que las ciencias especiales estudien
los diversos aspectos del mismo.
2. Naturaleza pensamiento: lo material y lo ideal, lo objetivo y lo subjetivo, lo
filosófico y lo psíquico
Al determinar el pensamiento, la dialéctica materialista extrae de él lo básico y esencial, es
decir, aquello que diferencia el pensamiento y su movimiento:
De otros fenómenos de la realidad.
De otras formas de reflejo.
Para esclarecer la esencia del pensamiento es preciso considerarlo en su forma madura, es decir,
el pensamiento científico actual. La definición del pensamiento presupone su análisis desde algunos
aspectos generales más importantes.
La definición más general del pensamiento derivada de la teoría de reflejo Leninista, es la
siguiente: el pensamiento es el reflejo de la realidad objetiva por medio de abstracciones. El reflejo de la
realidad constituye el contenido del pensamiento, siendo la abstracción la forma de este contenido. Cuando consideramos
el pensamiento de la ciencia moderna, se alza ante nosotros, en primer lugar, un conjunto de diversas
abstracciones, mediante las cuales se refleja en el pensamiento el mundo objetivo.
La actividad del pensamiento está relacionada con la creación de una determinada imagen
cognoscitiva. La existencia de esta imagen y sus peculiaridades, destacan el pensamiento entre otros
fenómenos de la realidad. Por ello el estudio de la naturaleza del pensamiento se ha de comenzar por la
definición de la esencia de la imagen cognoscitiva, por el esclarecimiento de sus relaciones con aquello
de lo que es imagen.
La imagen cognoscitiva y el objeto que refleja no es una cosa y la misma: saber distinguirlos,
reconocer que el objeto reflejado existe independientemente de su imagen cognoscitiva, constituye una
premisa indispensable de la lógica materialista.
La imagen cognoscitiva y el objeto en ella reflejado forman una unidad de contrarios. Son
únicos, ya que la imagen es una copia del objeto, una fotografía del mismo, pero son contrarios, ya que
uno respecto del otro guarda la misma relación de lo ideal y lo material.
La imagen cognoscitiva como reflejo, como fotografía del objeto no es su copia material. La
copia material o el modelo material del objeto poseen propiedades propias de los cuerpos materiales.
Un modelo de barco se diferencia del barco, propiamente dicho, más son diferencias en una esfera
común: tanto el uno como el otro son cuerpos materiales, aunque uno es menor que el otro y se emplea
con fines distintos.
Si examinamos ahora el contenido de nuestros pensamientos acerca del barco, veremos que
éstos, siendo su imagen, no son copia material, su modelo. Lo común entre el contenido – nuestro
pensamiento – y su objeto es distinto que entre la copia material (el modelo) y el objeto representado.
La unidad entre el contenido del pensamiento y el objeto que refleja consiste en que el
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pensamiento refleja las propiedades del mismo, pero no posee ninguna medida de estas propiedades. Un
modelo de barco puede ser experimentado en un laboratorio, se pueden estudiar en él las propiedades
del barco en cuestión. Pero una representación mental del barco no puede navegar ni siquiera en las
condiciones de laboratorio.
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